Dos ruedas y una tabla. Sería un comienzo modesto para un medio de transporte caracterizado por picos y caídas de uso y popularidad sin parangón con ningún otro propulsor contemporáneo de humanos. Aunque es difícil de identificar, generalmente se da por hecho que fue un niño quien, al sufrir de un malestar por la metrópolis europea de finales del siglo XIX, conectó un par de ruedas de patín a una tabla, marcando el comienzo de una era de movimiento rápido y vertical. Con un sonido sin duda más fuerte que el de los patinetes eléctricos actuales y—sobre todo—con velocidad, el instrumento rudimentario se convirtió en una fuente de alegría para los niños tanto de Europa como de los Estados Unidos en la época anterior a la Primera Guerra Mundial. La información más fiable sobre los fabricantes de patinetes de madera durante la época en que surgió el vehículo sigue siendo escasa; sin embargo, cualquier persona interesada seguro que se topará con fotos de niños de principios del siglo XX corriendo con patinetes fabricados en las calles de la ciudad.
Las construcciones serían repetidas por niños y adultos a principios del siglo XX, culminando en una joya del diseño de la época de la Primera Guerra Mundial: el Autoped. Fabricado por la empresa The Autoped Company de Long Island City, este aparato nacido y criado en Nueva York presentaba un chasis robusto, con una barra de dirección inclinada hacia el conductor a casi 45 grados, y una base curva que anunciaba muchos de los populares diseños de automóviles art-deco de la década de los 1930.
Los esquemas del Autoped fueron patentados y concedidos al inventor Arthur Hugo Cecil Gibson en 1916, aunque parece que Joseph F. Merkel—creador de la motocicleta Flying Merkel—jugó un papel importante en la realización del Autoped.
El Autoped contaba con neumáticos de 10 pulgadas y un motor de 4 tiempos de 155 cc refrigerado por aire en su rueda delantera que, según se dice, podía generar velocidades (inestables) de hasta 35 mph. El conductor empujaba el mecanismo de dirección hacia delante para apretar el embrague y aplicar fuerza a una palanca del manillar para controlar la velocidad. Al tirar de la columna de dirección hacia atrás, se soltaba el embrague y se activaba el freno del Autoped. Al igual que nuestro patinete eléctrico, la barra de dirección del Autoped era plegable para facilitar su almacenamiento y transporte, y, quizás lo más llamativo, había una versión que contaba con un motor eléctrico. El Autoped se fabricó entre 1915 y 1919 en los Estados Unidos, y en Alemania por Krupp de 1919 a 1922. Aunque el aparato no obtuvo una adopción generalizada, aparece en algunas fotos en blanco y negro, conducido por repartidores del servicio postal estadounidense, agentes de tráfico, y miembros de la alta sociedad.
Otras empresas entraron en la lucha de los patinetes después del Autoped, entre ellas destacaba ABC Motorcycles, una empresa británica de motociclismo que patrocinó varias películas de motos de los principios del siglo XX. En 1919, el principal ingeniero de ABC, Granville Bradshaw, desarrolló la Scootamota, un patinete con asiento, monocilíndrico, de 123 cc y propulsado por la rueda trasera, con una velocidad máxima de 15 mph, que se fabricó entre 1919 y 1922.
En la década de los 1930 se incrementó el uso de los patinetes motorizados en las bases militares, los aeropuertos, las zonas urbanas, e incluso en los estudios de Hollywood y, en la década de los 1940, se utilizaron como medio de transporte de bajo consumo durante el racionamiento de combustible en tiempos de guerra.
En las décadas siguientes, la popularidad de los patinetes motorizados, tanto de pie como de asiento, sufrió unos altibajos, y de vez en cuando alguna que otra marca se lanzó a la producción. En 1974, Honda creó el patinete Kick ‘n Go y, casi una década después, Steve Patmont, de Patmont Motor Werks, inventó y patentó el Go-Ped.
Go-Ped inició una segunda mini revolución de los patinetes con un patinete de gasolina a bajo precio, rápido y de bajo perfil. Patmont inició las operaciones y la producción en su garaje de Pleasanton, California, y, con el tiempo, amplió la empresa familiar a unas instalaciones de 70,000 pies cuadrados en Minden, Nevada. Todavía en el negocio, Go-Ped ha ampliado su línea de patinetes para incluir un patinete eléctrico de pie (2001), y variar los gokarts a base de propano (2009). Aunque el éxito del modelo original de Go-Ped dio la vuelta al mundo de las startups en el mercado de los patinetes motorizados, fue el Razor el que encendió un verdadero frenesí de consumo de patinetes a mediados de la década de los 1990.
Hay un debate interesante acerca de si el suizo Wim Ouboter inventó su patinete de dos ruedas por pereza o por la industria. La parada de salchichas favorita de Ouboter, el Sternen Grill de Zúrich (famoso por su bratwurst), estaba demasiado lejos para ir andando, pero lo suficientemente cerca como para que no le pareciera que merecía la pena ir en bicicleta. Puede que la pereza y la productividad sean las dos caras de una misma moneda o, más probable, que una impulse a la otra; sea como fuera, el dilema gastronómico de Ouboter conduciría a la creación de una de las modas mundiales más importantes de productos de los principios de la década del 2000.
Ouboter elaboró un prototipo de patinete ágil de dos ruedas que no atrajo a sus amigos, pero que llamó la atención del fabricante de automóviles Smart, que provisionalmente aceptó almacenar la creación en cada uno de sus coches. Por desgracia de Ouboter, la atención de Smart se centró en sus luchas internas, y su gigantón durmiente quedó relegado al desván. Aunque su primera creación se convirtió en una idea tardía, Ouboter lo siguió retocando y creó una versión de tres ruedas—el Kickboard—que presentó en asociación con la empresa estadounidense de artículos deportivos K2 en la Feria Internacional del Deporte de Múnich en 1998. El éxito del Kickboard precipitó el lanzamiento de la empresa Micro Mobility Systems de Ouboter en 1999, que fabricó su concepto original de dos ruedas. La demanda del patinete fue tan alta que Ouboter permitió a su socio de producción taiwanés distribuir el patinete en los Estados Unidos a cambio de una comisión bajo el nombre de “Razor”.
Muy pronto, el Razor se convirtió en un fenómeno mundial, y sólo en el año 2000 se vendieron un millón de unidades. Aunque la fanfarria por el patinete decayó a lo largo de los primeros años de la década del 2000, la marca siguió iterando sobre su concepto original, creando ruedas de diferentes colores, elementos de chispa y—en competencia con Go-Ped—una versión motorizada y eléctrica.
A mediados de la década del 2000, la popularidad de los patinetes decayó, salvo por la repercusión mediática que generó un dispositivo eléctrico fuera de lo común de dos ruedas con auto equilibrio llamado Segway. Desarrollado por Dean Kamen a partir del diseño de la silla de ruedas con auto equilibrio "iBOT" de la Universidad de Plymouth, el Segway PT fue objeto de una enorme expectativa antes de su lanzamiento en el 2001. Inspirado por un libro, una filtración de información, y los primeros elogios especulativos de varios visionarios de la tecnología—incluido Bill Gates—el listón para el Segway PT igual se puso insosteniblemente alto. Aunque Segway siguió produciendo iteraciones de su primer modelo, el interés por la micromovilidad se desvaneció durante algún tiempo, hasta que el empresario estadounidense Shan Chen lanzó una campaña en Kickstarter para recaudar fondos para su Hoverboard auto-equilibrado.
El Hoverboard, que fue un éxito entre los famosos, ganó popularidad en todo el mundo en el 2015 y dio lugar a una cantidad casi incalculable de imitaciones, pero su fanfarria entraría en liza con la llegada de los patinetes sin estación y de uso compartido de la actualidad. El resto, por así decirlo, es evidente. Bird, Lime y un montón de patinetes eléctricos de uso compartido—incluido el dominador milenario, Razor—recorren las calles y callejones de la urbanidad contemporánea.
Como opción contraria al páramo de la experiencia compartida, Unagi pretende hacer de la propiedad del patinete eléctrico una propuesta más práctica, eficiente, y glamurosa que la que suponían los Go-Peds y los Razors de los principios de la década del 2000, y de los modelos Autoped de la década de los 1910. Con más de un siglo de avances tecnológicos, el patinete eléctrico moderno de propiedad es capaz de ofrecer a su viajero un paseo más ligero, más rápido, más largo y más cómodo.
El patinete eléctrico Unagi E500 de motor doble es un vehículo muy ligero de aluminio y fibra de carbono con una velocidad máxima de 15.5 mph, frenos eléctricos, y una potencia instantánea máxima de 900W. No se ata a un perro premiado a una señal de tráfico, y tampoco a un Unagi. Hecho para ser montado, doblado y llevado a tu local de sushi favorito, nuestra creación es una oda a más de cien años de progresos tecnológicos y estéticos en todas las categorías de patinetes. Con los continuos esfuerzos en investigación y desarrollo, todo el equipo de Unagi está impaciente por escribir la siguiente página en la no-tan-breve historia del patinete.