Es una buena pregunta. Al fin y al cabo, parece ser la opción más segura. ¿Se puede, y se debe, circular con un patinete eléctrico por la acera? En muchos casos, la respuesta es que no: no se puede. Una historia tras otra sobre los patinetes eléctricos en las noticias de los últimos años se ha centrado en el peligro que suponen para los peatones cuando se han dejado tirados en las aceras de las ciudades más concurridas, como si fueran obstáculos innecesarios. Peores son las lesiones que han sufrido los peatones que han sido atropellados por los conductores de patinetes. Es por esto que la mayoría de las ciudades de los Estados Unidos y muchas de todo el mundo han prohibido que se conduzcan patinetes eléctricos en las acercas.
En España, es ilegal circular con un patinete eléctrico por la acera. De hecho, hace poco España también ha prohibido que las empresas de patinetes compartidos dejen a sus clientes aparcar los patinetes en la acera. Los conductores recibirán una multa de €500 si circulan por las aceras de uso peatonal. La abrumadora mayoría de las historias sobre lesiones que ocurrieron en las aceras se centran en empresas de patinetes compartidos como Bird y Lime, ya que, en la mayoría de los casos, se trata de cuestiones complejas de responsabilidad. ¿Quién es responsable cuando un peatón resulta herido: el propietario de un patinete eléctrico o el conductor? Cuando se trata de patinetes eléctricos de propiedad privada, como Unagi, la respuesta es bastante clara, ya que el propietario y el operador suelen ser la misma persona. Los conductores de patinetes de propiedad privada asumen su propia responsabilidad. Sin embargo, también es mucho más probable que estén familiarizados con el funcionamiento de su vehículo y es menos probable que lo dejen tirado en medio de la acera.
“Dos problemáticas han obstaculizado la imagen pública positiva generalizada” de los patinetes eléctricos, señala Elektrek: “las lesiones y la circulación por las aceras. Y ambos suelen estar relacionados.” Los peatones mayores de edad y discapacitados corren un riesgo particular con los patinetes en la acera, y representan un gran número de lesiones producidas por los patinetes eléctricos. Lime, Spin, y otros operadores han trabajado en soluciones para determinar cuándo es que los patinetes están o aparcados o circulando por la acera, buscando maneras de alertar a los conductores y compartir los datos con los gobiernos locales. Esta tecnología podría disuadir y prevenir el uso indebido de las aceras, pero actualmente estos esfuerzos son caros y sólo se despliegan a una escala de primeras pruebas.
Actualmente, depende en gran medida de que los conductores de patinetes individuales obedezcan las restricciones locales, tengan cuidado con los peatones, y que circulen de forma segura y a la defensiva. Sin embargo, la situación no es tan simple como obligar a que los conductores de patinetes se mantengan fuera de la acera.
Muchos conductores sienten que es más seguro circular por la acera, ya que no tienen que competir con los coches. Una persona en un patinete puede pesar entre 9-18 kg adicionales en caso de colisión, pero un coche cuenta con unas 1,745 kg más.
Aunque existen más posibilidades de que ocurran accidentes en las aceras, las lesiones pueden ser mucho más graves en los accidentes de tráfico, sobretodo cuando las carreteras son estrechas, carecen de carriles bici, o cuentan con un tráfico rápido. De hecho, la mayoría de las muertes que se han producido en patinete los últimos tres años, durante el auge del uso del patinete, han sido cuando un coche ha chocado contra un conductor de patinete.
También es cierto que un gran número de accidentes de patinete se deben a la falta de experiencia y por no llevar un casco, dos problemas endémicos del uso compartido de patinetes, que además cuenta con un alto número de conductores novatos y hace que el uso del casco sea poco práctico. Los conductores que utilizan un patinete eléctrico propio, en lugar de alquilar uno, tienen más oportunidades de conducir de forma segura y asegurarse de llevar un casco encima.
Un estudio de la agencia CCPEEU (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) en Austin, Texas, reveló que un tercio de los accidentes de patinetes eléctricos se produjeron con conductores noveles y sin experiencia. Cuando los conductores de patinetes eléctricos ganan confianza entrenando con su patinete antes de salir a la carretera, respetan todas las leyes de tráfico, utilizan señales de mano para advertir a otros de sus intenciones, y llevan un equipo de protección adecuado, así que sus posibilidades de sufrir lesiones graves disminuyen considerablemente. Dado que el tráfico peatonal es tan imprevisible, circular por la acera puede aumentar esas posibilidades, y los conductores deben ser conscientes de ello y dejar mucho espacio a los peatones. Los conductores con experiencia aprenden a evitar los obstáculos y a no convertirse ellos mismos en uno.
Muchas de estas preocupaciones ni siquiera se aplican en zonas con poco o ningún tráfico en las aceras, y pocas se dirigen a infraestructuras para vehículos pequeños. En estos casos, puede ser necesario circular por la acera al menos durante una parte del trayecto, y de hecho puede ser mucho más seguro hacerlo. Los conductores deben usar su propio criterio, pero también deben conocer las leyes locales. La mejor manera de averiguar si tu ciudad ha prohibido el uso de los patinetes eléctricos en las aceras es consultando al Departamento de Vehículos de Motor de tu localidad. En los últimos años, la normativa relativa a los patinetes eléctricos ha sido inconsistente y está sujeta a cambios. Sin embargo, en la mayoría de las grandes ciudades de los Estados Unidos, los patinetes están relegados al carril bici y al lado derecho de la carretera.
Puede que algunos conductores de patinete, aunque conozcan bien la normativa, sigan pensando que es necesario estar en la acera en momentos determinados. En estos casos, pueden optar por caminar junto a su patinete por la acera sin incurrir en un ticket o una multa. Otra opción podría ser simplemente reducir la velocidad a un ritmo más parecido al de caminar—o cuando estén en una acera que proporcione una buena visión periférica y esté relativamente vacía, caminar junto al patinete al cruzarse con un peatón. En última instancia, las cuestiones complejas con respeto a las zonas grises de la normativa exigen que los conductores estén atentos a los que les rodean—no sólo los peatones, sino también los coches, que podrían verse sorprendidos por sus maneras al viajar.
En otros lugares del mundo, la situación puede ser muy diferente. Por ejemplo, el año pasado, Calgary aprobó unas leyes nuevas sobre los patinetes eléctricos que prohíbe circular por las carreteras y sólo se permite ir por las aceras, los senderos, y los carriles bici, aunque los conductores pueden ser multados por bloquear a los peatones. El razonamiento detrás de esta ordenanza es que supuestamente mantiene a los ciclistas más seguros de lo que estarían en la carretera. Esta discusión apunta al problema más importante: la falta de infraestructuras para formas alternativas de transporte.
“Las calles de las ciudades deberían ser seguras y cómodas para todos los usuarios de la vía pública, independientemente de su edad, sus capacidades, o el modo de transporte que utilicen”, afirma el director de políticas de seguridad de la revista Consumer Reports, William Wallace. Esto sería lo ideal. Pero a menudo es muy diferente en casos del mundo real. Los patinetes eléctricos están aquí para quedarse, y las ciudades deberían adaptarse a ellos con el tiempo. Por el momento, los conductores deben usar su mejor criterio antes de subirse a la acera y siempre ceder el paso a los peatones.